Hemos meditado en el Viacrucis de este Viernes Santo sobre diferentes circunstancias que pasa la familia y queremos seguir ofreciendo la Luz de Jesús para hacer frente a las adversidades dijo Monseñor Eduardo Cervantes Merino al culminar el Viacrucis de la Iglesia Catedral de San Miguel Arcángel.

Este día, dijo el Obispo, acompañamos al Señor en su Pasión, en su entrega por nosotros para el perdón de los pecados. “Es un día en que la Iglesia ante la Cruz guarda silencio y lo único que podemos decir es Señor, nos da vergüenza que tu obra redentora no la hemos aprovechado para transformar nuestra vida y cambiar la realidad, ten Misericordia de nosotras debilidades y pecados, permítenos contemplarte en la Cruz, para que en ti tengamos vida”.

El Viernes Santo recordamos la muerte de Jesús. Este día la Iglesia no celebra el Sacrificio Eucarístico, en ninguna parte del mundo se oficia la Santa Misa, sólo se distribuye la Sagrada Comunión.

Hoy, el oficio litúrgico consiste en meditar sobre la Pasión del Señor y está estructurado en tres momentos: la Liturgia de la Palabra, la veneración de la Cruz y la Sagrada Comunión.

Meditamos el Viacrucis y se hace la procesión del silencio. En primer lugar, acompañamos a Jesús en el Camino al Calvario y más tarde acompañamos a la virgen María de regreso del Calvario a su casa.