El maestro no puede reducir su actividad solo al proceso de enseñanza- aprendizaje, está llamado a formar personas, a resaltar la grandeza de la persona, enfatizó Monseñor Eduardo Cervantes Merino en su homilía al presidir la Eucaristía en la Iglesia Madre.
Al celebrar el calendario cívico el Día del Maestro dijo que esa es la responsabilidad que tienen los docentes: vivir la gloria de Dios en el proceso educativo, sobre todo los profesores católicos, para que formen en valores que permitan superar las ideologías que a veces se imponen en proyectos que parcializan la visión de la persona, en las que se ven solo intereses de grupo, intereses ideológicos que parcializan la grandeza de la persona.
“Los maestros están llamados a santificarse en el seguimiento de Jesús, por eso, seas maestro, campesino, ama de casa, profesionista, obrero, estamos llamados a vivir el mandamiento del amor, viviendo al estilo de Jesús: Ámense unos a los otros, como yo los he amado”, resaltó.A los padres de familia pidió no dejarse arrebatar de las manos la responsabilidad de la educación de sus hijos, mucho menos por ideologías parciales, que no miran la totalidad de las personas.
Encomendó a los profesores a la Virgen María y a nuestro Señor para que los ilumine en la labor que día a día desarrollan.